

Luego tomé otro tren (Renfe) hasta Sitges, que está a 36 kilómetros al sur de Barcelona.
Es un balneario conocido por un festival de cine y porque dicen que es un pueblo de gays.

La parte interesante es que es un lugar muy lindo. Tiene calles hermosas. (Ver la segunda foto). Destaca el palacio de Maricel, al borde del mar, en medio de calles que mantienen aún el aspecto histórico (primera y segunda foto).
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