En mi reciente viaje, al igual que las 2 veces anteriores que he pasado por Madrid, me encontré con mi amigo y colega Mauro Burgos. Cuando me vine la primera vez nos fuimos de marcha por los barrios que "la llevan" en Madrid. Luego, cuando regresé a Chile, sólo nos juntamos en el aeropuerto de Barajas y ahora a mi regreso a España sí que pudimos salir.
Como era domingo en la tarde había que buscar el panorama de los domingo por la tarde. Increíblemente lo hay y muy bueno. Fuimos a una plaza en el barrio de La Latina, donde había cientos de madrileños y extranjeros bebiendo cerveza y calimocho, fumando, cantando, bailando y conversando.
Además de unirnos a esa fiesta estuvimos con Kenita Matus, otra colega y amiga chilena, hermana de Cecilia y cuñada de Mauricio, grandes amigos con quienes estuve en mi despedida en Chile, así es que tenía noticias frescas que contarle y un cargamento de saludos, abrazos y besos.
Volviendo al barrio de La Latina es un acogedor enclave, cercano a Sol (en el centro de Madrid), que es la parte antigua de la capital española. En este vecindario y sus aledaños se pueden encontrar los vestigios de lo que fue la cuna de la ciudad. Realmente muy lindo todo: el ambiente, el entorno y la compañía no pudo ser mejor.
Además de Mauro, Kenita y Olivia (compañera de piso de Mauro que nos acompañó un rato), estaba de paso en Madrid un osornino llamado Matías (yo le decía Pedro hasta que Mauro me
insistió en que su nombre era otro). Bueno, con ellos conocimos a unos amigos de Jamaica con los que cantamos varias veces una canción de Bob Marley que se transformó en el himno de la tarde, hasta que nos fuimos a dormir. Ellos para trabajar al otro día y yo para tomar mi vuelo a Barcelona temprano). La canción es No woman, no cry.
Nosotros la cantamos así, con sentimiento: No woman, no cry... ¡camon every body!.......No woman, no cry...Vamos todos!!......No woman...
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