Cómo ibamos a ir a Sevilla en temporada taurina, sin asistir a una "Corrida de Toros".Nos encaminamos hacia la plaza de toros local,
preguntamos por entradas y logramos comprar al mismo valor de taquilla. Y nada menos que en tercera fila, asientos 32 y 33.
Pronto entraron los toreros ayudantes, los caballos y las mulas que sacan a los toros al final.En el ruedo alternaron los matadores César Rincón (que se despedía de la plaza sevillana), Enrique Ponce y Salvador Cortes.
En la primera parte de este festejo hay poco que contar. Los toros no salieron muy buenos y los pincharon demasiado, incluso hubo uno que lo sacaron del ruedo por malo.
A César Rincón te tocó un toro negro, de 560 kilos, bravo y con ganas. Según los expertos, el torero tuvo detalles finos con el capote. Supo, como pocos lo hicieron esa tarde, poner el toro "en los medios" para que todos puedan ver y... en un descuido en su faena, el toro lo agarró y lo elevó 3 veces en el aire.Ver video
http://video.google.es/videoplay?docid=-3753298840582017273
La res magulló al torero, lo dejó tendido, tambaleante y muy mareado. El público decía No!!! Pero César (Rincón, no Opazo) sacó a su cuadrilla de auxilio de adelante para terminar su labor y decir adiós a Sevilla con el corazón en la mano y la frente muy alta.
Terminó con música sonando en honor a este matador, con pañuelos en alto y toda la gente comentando y aplaudiendo su valentía. Nosotros también.
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