
Viajar en metro en Barcelona es casi igual que en Santiago, sólo cambia el idioma. Sí, el idioma, ya que toda señalética está en catalán. Otra diferencia, quizás, es que el metro en Chile es un poco más limpio y lógicamente es más nuevo.
Tratando de describir un viaje les diría que, lo primero que llama la atención es que está todo en otro idioma y que al entrar en un vagón, se van anunciando las estaciones, de esta forma: "Próxima parada Passeig de Grácia". La primera vez que escuchas eso pronunciado en catalán no sabes dónde vas a ir a parar, ja, ja.

En otras oportunidades crees haber escuchado algo y es otra palabra y cuando deseperádamente tratas de mirar hacia afuera, no falta el gigante alemán o español que te tapa. Resultado: te pasaste una parada.
Un poco en serio y otro poco en broma, en Barcelona hay 8 líneas combinadas entre el metro y trenes, que están divididas por colores.

Yo habitualmente uso la Línea 2 (morada) y la Línea 3 (verde). La primera llega a Encants, donde vivo actualmente (cerca de Sagrada Familia) y la última llega a Zona Universitaria, donde está la UB.
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